Y la sábana se
impregnó
del perfume de tu
ausencia,
en la almohada anidó
la razón de la
incoherencia.
Y la luna fue testigo
de mil lágrimas
vertidas,
la soledad el abrigo,
de la noche mal
ceñida.
Y por fin asomó febo,
se extinguió la noche cruel,
dando muerte a lo longevo
en un nuevo amanecer. Leonardo67.
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