El sol inunda mi ser, invitado por suaves brisas,
en un nuevo amanecer descargué todas mis mochilas,
de repente desplegué mis alas y solamente quise volar.
Después de tantas vigilias volver a sentir la libertad.
No hay vuelo preestablecido, de pronto ha desaparecido
la jaula de mil emociones y con ella las confusiones.
Así como el ave Fénix desde las propias cenizas poder resucitar.
Viejas tormentas pasadas me obligaron a anidar
pero pude sanar las heridas con las agujas del tiempo y el hilo de la dignidad.
Listo para surcar los cielos, nada puede impedir el vuelo
hacia el multicromático arco iris que ya puedo divisar. Leonardo67.
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