Te propongo solo el hoy, sin ayeres ni mañanas, sin mochilas del pasado ni ansiedad del que vendrá.
Ir labrando los caminos en serena libertad, sin promesas ni cadenas, sin candados, sin seguir rumbo trazado, nuevas huellas al andar.
Desplegar sin temor las alas y un nuevo cielo surcar.
Ser ajenos al que dirán y que la brújula del corazón vaya marcando el sendero, pues la vida me ha enseñado que lo eterno es pasajero y un momento es inmortal.
Que la luz de tu mirada sea luna en noche oscura y de tus labios en su dulzura el poderme embriagar.
Leonardo67.
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