En busca de un nuevo mañana.

En la ficción de la realidad,
deshilvano madejas de sueños,
el sosiego reina en la ansiedad
va tejiendo momentos eternos.
Guerrero ese es mi linaje
en tiempos de  paz no hallo tregua,
el silencio acompaña mi viaje
a la espera de una nueva guerra.
Aquel brebaje de dolor
lo transmuto en el zumo más bello,
una copa de rayo de sol
en la sed de este mundo plebeyo.
De ausencias que son compañías,
trompetas de palabras vanas,
se van acopiando los días
en busca de un nuevo mañana. Leonardo67,

Presente.

Sin pasado que encadene
ni futuro que torture,
voy vagando mi presente
sin razón que lo censure.
Cuán hermoso es explorar
laberintos tan inciertos,
por la nada navegar
y el todo ser descubierto.
Un amorfo pensamiento
dando origen a algún sueño,
alimenta un sentimiento
sin que ceje en el empeño.
Una nebulosa oscura
nunca es luz en ningún cielo,
ante el negro de la duda
brilla el blanco de un anhelo. Leonardo67.

Una pluma embriagada.

Tengo perlas escondidas
que jamás vieron la luz,
cicatrices de heridas
cargando mi propia cruz.
Una guerra de mil batallas
que nunca tiene final,
derribando las murallas
hasta algún sueño alcanzar.
Alguna promesa vana
y anhelos por cumplir,
una noche sin mañana,
un arco iris sin fin.
Tengo tanto y tengo nada
danzando sobre el papel,
una pluma embriagada
del aroma de tu piel. Leonardo67.

Un cóctel de mil sabores.

La luna acaricia el alma
de aquel poeta iracundo,
tratando de hallar la calma
en tono meditabundo.
La noche es fiel compañera
que guía su caminar,
en ella cualquier quimera
de pronto se hace real.
Con las letras empapadas
en lluvia de sensaciones,
se va vertiendo en la copa
un cóctel de mil sabores. Leonardo67.

Ella no dijo nada.

Ella no dijo nada,
Él pudo comprenderlo todo...
La pluma fue la abogada
sobre un papel cuasimodo.
Las letras dictaron sentencia
en noche de luna pensante,
comenzó a brindarle su ausencia
por siempre desde ese instante.
Todo final es comienzo
de algún mañana mejor,
sobre otro trozo de lienzo
se pinta un nuevo color. Leonardo67.

Quiero embriagarme en tu piel.

Quiero embriagarme en tu ser
con el sudor de tu cuerpo,
trazar versos en tu piel
mientras te sueño despierto.
Que tu mirar sea evidencia
del fuego de la pasión,
frente a la celda de ausencia
libertar tu corazón.
Nunca resulta en vano
volver a apostar al amor,
solo se nombra decano,
a aquel que vence al temor. Leonardo67.

Al perderme en tu mirada

Al perderme en tu mirada
van enraizando las letras,
como savia la culpa extraviada
alimenta mil flores abiertas.
Un árbol que quiere brotar
tras largo otoño vivido,
en busca de un rayo de sol
después del invierno tan frío.
Añejo hechizo de luna
sin pócima para sanar,
dejando sin tinta la pluma,
se embriaga en tu bello mirar.
Que extienda sus ramas al cielo
no importa que pueda pasar,
un mundo de locos sin cuerdos,
un árbol que quiere volar. Leonardo67.

Cuando la nada es lo cierto.

En las letras encuentro
mi lugar en el mundo,
explorando en el centro
el sendero profundo.
Cuando la nada es lo cierto
todo posible resulta,
se va trazando algún cuento
donde se es libre de culpas.
No se precisa de aplausos
ni de vanos reproches,
se dibujan los pasos
de mil días sin noches.
Que tirano es el tiempo
que se va y no regresa,
arrebata algún sueño
como un ave de presa. Leonardo67.

Medio siglo.

Voy andando los cincuenta
por la ruta de la vida
sin jamás tener en cuenta
dirección preestablecida.
Cicatrices de mil heridas
con orgullo se llevar,
sin embargo hay algunas
que jamás sabré sanar.
Medio siglo es un momento,
un instante eternidad,
el fracaso es gran maestro,
la victoria vanidad.
Indagando en lo siniestro,
un insano vagabundo
el arcano más secreto
que se esconde en este mundo. Leonardo67.

Se me han perdido las letras.

Se me han perdido las letras,
se han extraviado los versos
y ya no encuentro las rimas
en blancos papeles desiertos.
La pluma más que inactiva
cual brújula sin dirección,
un ave con el ala herida,
un barco falto de timón.
Con todas las fichas perdidas
en el tablero de prosas,
recorro el tallo de espinas,
no logro alcanzar a la rosa. 
 Y voy siguiendo las huellas,
voy deambulando sin rumbo
en tristes huestes siniestras
de un poeta iracundo. Leonardo67.

Nunca muere el poeta.

Nunca muere el poeta
sin hallar el sentido,
solo vagan las letras
por inciertos caminos.
La inspiración nunca anida
eternamente en un nido,
deambulando blandida
en su libre albedrío.
No hay mejor laberinto
que extraviarse en los versos,
acunando el instinto
del poeta inconverso.
Una hoja es espejo
y la pluma el motor,
un sencillo bosquejo
de un alma en clamor. Leonardo67.

En madeja de letras.

Con las letras en madeja
es como tejo los versos,
hallo la moraleja
que la vida es momentos.
Y mi brújula interna
siempre indica el norte,
aunque venga tormenta
viajo tras mi horizonte.
En la noche una estrella
siempre ha de brillar,
siempre grabo mis huellas
en el cruel lodazal.
Pues la tinta es mi sangre,
la espada es la pluma,
el papel es escudo,
mi testigo la luna. Leonardo67.

Seiscientos cuarenta y nueve.

Seiscientos cuarenta y nueve
jamás se habrán de olvidar,
mi alma hoy se conmueve
queriéndolos honrar.
No soy soldado de armas,
tan solo aprendiz de poeta,
no soy devoto a las balas,
tan solo me expreso con letras.
El rio de sangre ofrendado,
el mar de llanto vertido,
eternos héroes soldados,
bravío guerrero Argentino.
Malvinas es un sentimiento
que nunca perecerá,
Malvinas son Argentinas
y eternamente serán. Leonardo67.

Perderse para encontrarse.

El viento del cambio
que impulsa los días
transmuta huracanes
en placida brisa.
El caos  presente
y Cronos ausente,
no existe el mañana
tampoco el ayer,
en noche estrellada
sentirse morir,
en nueva alborada
volver a vivir.
Perderse para encontrarse
cuan bello momento,
querer extraviarse
con mil sentimientos.
Como el ave fénix
volver a surgir,
sentir en el alma
el sacro elixir. Leonardo67.

En galaxia de letras.

En galaxia de letras
me voy ya a navegar,
explorando planetas
hoy me quiero extraviar.
Barajando el poeta
forma juegos de rimas,
expresando los versos
que en el alma se anidan.
Y que el lápiz se funda
con el blanco papel,
aleación tremebunda,
libre de timonel.
Una brújula ausente
sin norte ni cordura,
que delire la mente
en hermosa locura. Leonardo67.

Quiero ser.

Quiero ser malabarista de letras,
quiero ser escultor del amor,
quiero ser artesano de rimas
y alfarero en tu corazón.
Quiero ser ese lápiz demente,
un papel inundado en pasión,
quiero ser bella luna creciente,
quiero ser un mañana mejor.
Quiero ser capitán de tus sueños,
en tu cuerpo el explorador,
fabricante de nuevos anhelos,
el más bello poema de amor. Leonardo67.

Cuando acaba la tormenta.

Cuando acaba la tormenta
en la lluvia del dolor
siempre asoma nuevamente
ese sol llamado amor.
Un arcoíris imponente
en vanidad multicolor,
se vanagloria ante la gente
derramando ante su paso,
su perfume en grato olor,
como el néctar eficiente
que enloquece al picaflor.
Y esas gotas de rocío
sobre pétalos en flor,
se evaporan con destino
hacia el cielo redentor.
Ya no hay alas replegadas
que impidan alzar el vuelo
ni malditas madrugadas
con mil noches de desvelo. Leonardo67.

Soy.

Soy las líneas de un gran sueño
que se vuelve realidad,
un ladrón que se hizo dueño
de instantes de eternidad.
Soy la rima enamorada
que anhela naufragar
y se pierde en tu mirada
para nunca regresar.
Soy la prosa sin sentido,
sin brújula, ni dirección,
transitando mil caminos,
yendo en busca de tu amor.
Soy papel interminable,
un poeta sin cordura
con la tinta sin final,
extraviado en mi locura,
conjugando el verbo amar. Leonardo67.

Todo y nada.

Eres todo y eres nada,
eres hiel y eres la miel,
una pluma perturbada
en la ausencia del papel.
Eres tierra prometida,
eres castigo divino,
un nuevo soplo de vida,
la muralla y el camino.
El desierto y la pradera,
una rosa con espinas,
el invierno y primavera,
la semilla que germina.
Los sueños y la utopía,
eres tristeza de almohada,
el gobierno y la anarquía,
bella mariposa alada.
Eres magia y realidad,
el alma con nuevas alas,
instantes de eternidad,
una prosa apasionada. Leonardo67.

Trazar versos en tu piel.

Como luna majestuosa
que gobierna inmortal
en la noche esplendorosa
de una historia sin final.
Como en éxtasis de letras
que se vierten en papel,
con la pluma un poeta
traza versos en tu piel.
Como hielo de alta cumbre
que se torna en agua clara,
sigo el cauce en mansedumbre
hacia el mar de tu mirada.
Como gotas de rocío
esperando amanecer,
en tus pétalos de labios,
allí quiero perecer. Leonardo67.

Quisiera estar...

Quisiera estar
sentado en la arena
y a orillas del mar
trazar un poema.
En noche de luna
volcar sentimientos,
que libre la pluma
navegue en el viento.
Que el blanco papel
refleje tu cara,
tus labios de miel,
tu bella mirada. Leonardo67.

Ajedrez.

Fui peón que cargó dolor,
la nostalgia, sueños vanos,
ya sin ansias de clamor
de la pena, gran decano.
Fui el alfil que en diagonal
escapaba a su destino,
eludiendo la verdad
para no sentirse herido.
Fui la torre estoica en pie
recibiendo ataque artero
y mil veces desangré
como el más bravo guerrero.
Fui caballo  galopante
en senderos sin sentido,
cabalgando en forma errante
hasta hallarte en mi camino.
Piezas negras de temor,
piezas blancas de añoranza,
rey herido al corazón.
En tus ojos bella dama
brilla el sol de la esperanza. Leonardo67.

Puedo ser.

Puedo ser agua clara del rio
con corriente de sueño en camino
hacia el mágico mar del amor.
Puedo ser esa cálida brisa
que cada poro en tu piel acaricia,
puedo ser huracán de pasión.
Puedo ser el final del otoño
primavera en tu corazón,
en tu alma un nuevo retoño
y en tus ojos el bello clamor.
La hermosura de entrar en locura
sin querer entender la razón,
el pecado en urgente premura
la lujuria sin explicación.
Puedo ser una pluma demente
un papel de color ilusión,
puedo ser una luna creciente
puedo ser cada día tu sol.
Suave lluvia que riegue sin prisa
la semilla que urge en la espera,
germinar en eterna sonrisa
a la luz de una estrella hechicera. Leonardo67.
 

Ya no dueles.

Ya no dueles,
ya no eres espina
hincada en el alma,
de nuevo la calma
inunda mi ser.
Sin celdas de ausencia
la puerta está abierta,
tengo libertad.
Con paso cansino,
haciendo caminos
me voy a marchar.
Sacudiendo el polvo
de huellas que en vano
en sendero errado
yo quise trazar.
Plantando bandera
en tierra de sueños
donde cada anhelo
se hace realidad. Leonardo67.

Despierta la pluma.

Despierta la pluma
tras un largo sueño,
desprende la bruma
de un cruento desdeño.
Un blanco papel
se hallaba escondido,
esperando versos
que había perdido.
Que no acabe nunca,
no tenga  un final,
que este loco insomnio
resulte inmortal. Leonardo67.

En tibia mañana.

Tras la noche fría
en tibia mañana,
trazando poesías
que enciendan el alma.
Un rayo de sol
energiza un sueño
que vaga sin rumbo
buscando su dueño.
Tal vez algún día
se puedan hallar
dos seres errantes
en la melodía
del verbo amar. Leonardo67.

Distancia y olvido.

Cuán lejos estás
y cuanto te extraño,
distancia y olvido
no siempre caminan
ambos abrazados.
Tú sabes que en sueños
por siempre jugamos,
que tomas mi mano
para ir a pasear,
buscando revistas
en todo lugar.
Por siempre recuerdo
tu bella sonrisa,
el sol de mis días,
por siempre me guardo
tu bello mirar,
estrella que alumbra
mi noche inmortal.
Mi ángel perdido
mis cinco sentidos,
cada palpitar,
mi alma y mi cuerpo
siempre te amarán. Leonardo67.

Sin recetas.

¿ Qué está mal?.
¿ Qué está bien?.
En el mundo de las letras
no me enseñen las recetas
para expresar un sentir.
Un poeta algo insolente
con su pluma omnipotente
por siempre habrá de esgrimir
en papel sus sentimientos
ignorando cualquier norma,
un rebelde de los versos
desafiando cualquier forma
en el arte de escribir.
Trazar rimas es su anhelo,
no precisa aprobación,
solo expresa lo que siente
con el alma y sin razón. Leonardo67.

El día y la noche.

Tú eres el día
yo, tan solo la noche,
eres la osadía
yo el cruento reproche.
Tú eres el sol
yo solo la luna,
tú, de sueños pañol
yo bodega de dudas.
Tú eres el agua
yo soy el aceite,
tú el fuego en la fragua
yo, la pluma prudente.
Tú eres vehemencia
yo soy el aplomo,
tú, segura sentencia
de un vil desaplomo. Leonardo67.

¿ Dónde estás?.

¿ Por qué te has ido inspiración?.
¿ Por qué me has abandonado?.
Una pluma sin pasión
hoy sostengo en mi mano.
¿ Dónde diablos has partido?.
¿ Dónde te puedo abrazar?.
Un blanco papel sin sentido
como sádico puñal.
Ya no hay lluvia de letras
que me empapen hasta el alma,
no halla el sol este poeta
ni una luna apasionada.
Bajo el gris de este cruel cielo
transitando este desierto,
sin poder elevar vuelo
en ausencia de los vientos. Leonardo67.

No quiero que seas.

No quiero que seas
agua entre los dedos,
el cielo impalpable,
la voz del silencio.
No quiero que seas
la noche sin luna,
estrella fugaz,
sendero incierto,
nostalgia en la pluma.
No quiero que seas
un rio que muere
sin llegar al mar,
un libro sin letras,
un ave sin alas,
estatua de sal.
Tan solo ansío
gozar tu sonrisa,
vagando en tus ojos
poderme extraviar.
Que seas por siempre
la prosa inmortal
que eterna conjugue
el verbo amar. Leonardo67.

En el alma sordomuda.

Por las calles con su pluma
y algún blanco de papel,
bajo hechizo de la luna
con el hilo de las letras
que queda en su carretel,
embriagado un poeta
en los versos busca tretas
esperando amanecer.
Que la noche muera pronto
es anhelo en mi ser,
esos ojos que confronto
en mi mirar languidecer.
La sombra de la cruel duda,
la telaraña del temor
en el alma sordomuda
sin respuesta al corazón. Leonardo67.