Por la tristeza de la felicidad,
por el desierto en la pradera,
por la compañía de la soledad,
por el otoño en la primavera.
Por la presencia de la ausencia,
por la inmovilidad del necesario viaje,
por la irreflexión de la conciencia,
por la ignorancia del aprendizaje.
Por los apuros sin prisas,
por el cielo y el averno,
por las lagrimas en la sonrisas,
por el olvido de los recuerdos.
Por el desequilibrio de la armonía,
por el enterrarse para florecer,
por la dicha en la agonía,
por el morir para renacer. Leonardo67.
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