
Una bella mujer
y una copa de vino,
el perfecto cóctel
para embriagar mis sentidos.
Tus labios de rubí
se posan en el delicado vidrio,
como hermoso colibrí
en el néctar de los lirios.
Tu mirada fija en mi
la mejor provocación,
cuán difícil resistir
tan preciosa invitación.
Ya no quiero más viajes
breves, de una estación,
ya no cargo bagaje
que trae solo desazón,
solo anhelo subirme
a aquel tren que me guíe
hacia el eterno amor. Leonardo67.
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