Siempre la noche me encuentra
junto a la luna que asoma,
danzando entre las letras
en mi secuencial genoma.
El éxtasis de la tinta
fluyendo sobre el papel,
morfología indistinta
girando en el carrusel.
Titila en el cielo una estrella
en noche de inmensidad,
borrando antiguas huellas
camino a la libertad. Leonardo67.
Subiendo al carro de la musa
por la ruta del poeta olvidado,
trazando letras inconclusas
de un viejo poema extraviado.
Creando puentes de papel
unidos por líneas de tinta,
bebiendo un raro coctel
de acabadas parodias extintas.
Viejos sentimientos se oxidan
refleja el espejo empañado,
nostalgia que desanida
antiguos sueños añorados.
Extraños ecos del silencio
forzando una loca alquimia,
en la soledad conferencio
bajo esta luna eximia. Leonardo67.
Transmutando sentimientos me convierto en alquimista.
Lo que ayer fue el amor hoy no es más que decepción, el dolor es fortaleza, la oscuridad la inmensa luz,
el abismo es paraíso, el desierto la pradera, el invierno primavera.
Jamás se apoderó de mí el rencor por lo vivido aunque en vano he recorrido un camino sin sentido.
Ya no duele traición porque todo lo he ofrecido, he aprendido la lección.
Hoy por fin me siento libre, con la firme convicción que si una puerta se cierra se abrirá una mejor.
Todo lo que das regresa no siempre en el mismo lugar, a veces en otras miradas, otros labios u otros seres.
Amo las noches de luna junto a la tinta y la pluma, en el blanco del papel decretando el futuro.
Me encanta por las mañanas cuando la brisa acaricia mi cara y los rayos de un sol brillante recargan mis
energías.
Ver los pájaros trinar y admirar su libre vuelo, recorriendo sin temor la inmensidad del cielo.
Finalmente he comprendido que esa jaula solamente son unos falsos barrotes que solo están en la mente,
una estúpida excusa, un pretexto sin razón que me impide avanzar y que ya estoy más que listo para amar
una vez más. Leonardo67.
He colgado en el centro de mi pecho la medalla de la decepción ,
como si fuera orgullosamente el más preciado galardón.
He obtenido el premio del saber lo que no quiero ni permitiré que me vuelva a suceder.
Aprendí a cooperar sin ningún condicionamiento con las circunstancias
que no intento, no pienso, ni quiero modificar.
Cuando me obligan a marcharme jamás pienso en regresar,
no retorno al pasado aunque intente alcanzarme.
Ya no me atrapa cualquier mirada que se ofrezca frente a mí,
mis pupilas más que sabias se han vuelto selectivas para saber dilatar.
No se endulzan mis oídos con las más bellas palabras,
ya no pesa en mi balanza esos kilos de promesas
porque ahora se ha calibrado en gramos de realidad.
De seguro no renuncio a la semilla de mi sueño
pero también que he comprendido que no toda tierra es para arar.
Se que en tiempo divino el rosal florecerá´
mientras recorro el tallo las heridas de sus espinas ya aprendieron sanar. Leonardo67.
Soy mis letras, mis poemas,
los silencios, las ausencias,
soy la duda, la certeza,
mis virtudes, mis carencias.
En mi mundo no hay caminos,
sólo sigo la intuición,
sin rumbo preestablecido,
anarquía de razón.
Soy tan libre cuanto puedo
aunque a veces me encarcelo,
pero siempre vuelvo al vuelo
en busca de un nuevo cielo.
Soy locura y cordura
en la mística fusión,
con la ausencia de censura
y esa pizca de pasión. Leonardo67.
