
Cuando los silencios hablan
no hacen falta las palabras,
porque impusiste silencio
en la dulce melodía de mi alma
y como si no te bastara
le has sumado distancia
al sendero que un día
felices nos veía pasar,
y le agregas más piedras
cuando por verdes praderas
ayer, sabíamos caminar
y aun en la peor penumbra
un pequeña porción de luna
nos sabía iluminar.
Silencio y distancia
dos enemigos mortales
de lo que acuna mi ser.
por eso a mi viejo amigo el viento
que es incansable y errante peregrino
como yo lo he sido
en esta noche le pido
que lleve todos mis sentimientos,
mis deseos, mis anhelos
que vaya y los descargue
en la isla de mis sueños incumplidos,
y si alguna noche descubro
o algún día comprendo
que aun sigue siendo
mi tesoro más preciado,
navegaré hasta allí
para intentar recobrarlo. Leonardo67.
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