A partir de este año.

A partir de este año
que ya va a comenzar,
me propongo no usar
nunca más un espejo,
porque es el reflejo
del mirar hacia atrás,
porque siempre devuelve
distorsión irreal.
A partir de este año
solo miro hacia el cielo,
porque grandes anhelos
trataré de alcanzar,
como ave indomable
con mis alas al viento,
desafiando improbables,
por el firmamento
habré de volar,
en busca del nido
donde moran los sueños
que siempre he querido
hacer realidad. Leonardo67

El recado en mi sentir.

Voy transitando la vida
tratando de soñar rimas
con la pluma algo aturdida
y un papel que siempre esgrima
el recado en mi sentir.
Las secuencias de mi alma,
las nebulosas en mi mente,
jamás hallarán la calma
sin la tinta de afluente.
En el eco imperceptible
de las sombras del silencio,
de manera incomprensible
mis delirios reverencio.
En la trinchera de las letras
lucha al borde del abismo,
un feroz loco poeta
siempre fiel a su anarquismo. Leonardo67.

El silencio.

Descubrí que en el silencio
hay un millar de lenguajes,
es allí donde presencio
la verdad o el camuflaje.
El silencio siempre es sabio
no utiliza maquillaje,
no es amigo del agravio
ni pinta falsos paisajes.
El silencio es el idioma
que se debe aplicar,
un incuestionable axioma,
no se puede refutar.
En el eco del silencio
siempre reina la verdad,
en el habla del mutismo
no se puede nunca errar. Leonardo67.

Mi dudar sempiterno.

Mi dudar sempiterno,
si en tus ojos me pierdo,
será cielo o infierno
lo que habré de abrazar.
Y no culpo al destino
sin en mi gran desatino
en tu bella mirada
me quiero extraviar.
Tu mirar es culpable
de encender mi pasión
en la cita infaltable
de nublar la razón.
Esos ojos me hechizan
y me quiero escapar,
tu mirada hipnotiza
y me puede enjaular. Leonardo67.

Derribando los muros.

Hoy derribo los muros
que limitan mi andar,
no preciso un conjuro
solamente soñar.
Por caminos distintos
voy queriendo vagar,
explorar laberintos
sin saber donde van.
Como mudo testigo
que dibujan sus huellas,
un poeta mendigo
traza letras plebeyas.
En un blanco papel
que ilumina la luna,
como afilado cincel
va labrando la pluma. Leonardo67.

No me regales tu ausencia.

No me regales tu ausencia,
quédate cuando te vayas,
déjame algún recuerdo
para poderte soñar.
Y cuando te halles distante
cada noche con mil letras
yo te querré acariciar.
Te propongo a la luna
cada noche contemplar,
que nos sirva de espejo
y de esa loca manera
nos podamos mirar.
No me regales tu ausencia,
dame un instante inmortal
que ya no quiero extrañarte,
solo te anhelo soñar. Leonardo67.

Mi templo profano.

Quisiera que fueras
mi templo profano,
del cielo al infierno
poder descender,
como ángel caído
que ha sido expulsado,
tú eres la hoguera
donde quiero arder.
No sé si es castigo,
no sé si es pecado,
anhelo prohibido
o un sueño lejano,
no sé ni me importa
que pueda pasar,
tan solo ansío
en tu cruenta hoguera,
poderme quemar. Leonardo67.

Fuera de mi ley.

Tengo una pluma indecisa
que no sabe que trazar,
algunas hojas en blanco,
mil ideas en mi mente,
alegría, desencanto,
lo pasado, lo presente
y lo que puede llegar.
Tengo ganas de expresar
tantas cosas y ninguna,
mientras observo la luna
que acrecienta mi dudar.
Y van pasando las horas,
la noche ya va muriendo
y el resplandor de la aurora
me aclara que nada entiendo.
Algún verso va fluyendo
mientras nace el astro rey,
con las letras voy yaciendo,
estoy fuera de mi ley. Leonardo67.

La luz de la luna.

Y la luz de la luna
iluminó tu sonrisa,
disipando la bruma
con certeza y sin prisa.
Y por fin en tus ojos
por tan solo un momento
me quise perder.
Voy abriendo cerrojos
ante mi sentimiento,
descubriendo que es cierto
y lo dejo crecer.
Y como todo poeta
en su loca costumbre,
vierte todo en papel.
Y busca el lápiz las letras
en la fuente sagrada,
donde brotan los versos,
que se gestan del alma. Leonardo67.

Sin saber lo que siento.

Y me encuentro sin letras
sin saber lo que siento,
incapaz el poeta
en develar sentimientos.
Voy buscando la excusa
de ir sumando momentos,
una pluma difusa
y mil hojas al viento,
que no puedo trazar.
Tan espesa es la bruma
que no sé discernir,
me inunda la duda
mientras fluye un sentir.
Que impotencia produce
no saber descubrir,
a la nada conduce
sin saber donde ir. Leonardo67.

Aún creo en el amor.

Una caricia a la soledad,

un abrazo a la nostalgia,

momentos sin eternidad,

corazones en melancolía

sin ninguna cicatriz,

desangrándose en la vida

sin un sueño por vivir.

Sonrisas mal fingidas

llenas de desencanto,

frases que son suicidas,

besos que esconden llanto.

Sabanas blancas ennegrecidas

tratando de sanar heridas

en un colchón de mil espinas.

Sudor de cuerpos sedientos

como oasis seco en desierto.

Miradas en agonía

con mil lágrimas retenidas,

sin valor de ser vertidas

en ausencia de añoranzas.

La comunión de dos almas

con pesadumbre y sin alas,

la pena de no hallar calma

en tristeza solitaria.

Hoy impera un nuevo mundo

donde reina un toco y me voy,

déjenme vivir el viejo,

donde todo es más profundo,

lo prefiero en modo añejo

aún creo en el amor. Leonardo67.

En el libro del olvido.

En el libro del olvido
trazo versos escondidos
que jamás verán la luz.
A solas conmigo mismo
en los versos más sentidos
que no quiero compartir.
Son las letras más secretas
en el libro más sagrado,
son las líneas de un poeta
que por siempre ha ocultado.
En el cántaro eterno
de las letras cristalinas,
un millar de ocultas rimas
que prefiero atesorar,
un poeta esconde versos
que jamás ha de mostrar. Leonardo67.

El águila guerrera.

Ya vi un gorrión volar,
sin alas viajar al cielo,
ya vi una bella paloma
su nido abandonar.
Veo un águila guerrera
que pronto ha de emigrar.
Ella me enseñó a volar
a no darme por vencido,
de la nada hacer caminos,
a jamás abandonar.
Hoy ya no remontas vuelo
Tus alas no tienen fuerzas
pero guardo las promesas
que me supiste inculcar.
Vieja águila guerrera
¿ Quién me habrá de aconsejar?.
Vieja águila guerrera,
cuanto te voy a extrañar. Leonardo67.

El rostro que debo olvidar.

Y esta ingrata costumbre
de acariciarte en las letras,
un lápiz con pesadumbre
traza el sentir de un poeta.
Un blanco papel que refleja
el rostro que debo olvidar,
la pluma expresando su queja
por no poderse expresar,
se desespera en el puerto,
solo se anhela embarcar
hacia el mar de las letras
y allí poder naufragar. Leonardo67.

Nos pasa la vida.

Nos pasa la vida
cargando tristezas,
llevando mochilas
que hay que descargar.
Pero hoy determino
volver a nacer,
un nuevo camino
voy a recorrer.
El pasado lo entierro,
el futuro lo entrego
en manos del azar,
tan solo me queda
el instante presente
para disfrutar.
No tengo mañana
tampoco el ayer,
mil  sueños en lápiz
y un blanco papel.
Trazando senderos
de nuevo me encuentro,
con bellos momentos
soñando acunar.
Sané mis heridas
en duro quebranto,
me cobró la vida
un rio de llanto.
De nuevo me embarco
izando las velas,
despido el invierno
porque es primavera. Leonardo67.

Un nuevo cielo.

Me alejé porque jamás
me permitió acercarme.
Me fui porque nunca
me supo dar un motivo,
para que pudiera quedarme.
Porque para mí
ella era mil versos,
pero yo para ella
puntos suspensivos.
Comprendí el sin sentido,
que no valía la pena,
comenzar la batalla
de una perdida guerra.
Extendiendo mis alas
fui levantando vuelo,
en busca, en busca
de un nuevo cielo. Leonardo67.

El sagrado protocolo.

La noche es mi amiga,
la luna mi compañera,
en papel trazo quimeras
cuando el lápiz me desvela.
Siempre intento hacer real
lo difícil, lo imposible,
ya que suelo idealizar
a menudo lo intangible.
Es que oso desafiar
las directrices de la vida,
no me importa si al andar
voy abriendo mil heridas.
Porque todo soñador
siempre sabe ser herido,
se convierte en luchador,
nunca siente ser vencido.
Un anhelo es tan solo
una meta a alcanzar,
mi sagrado protocolo
siempre lo hace realidad. Leonardo67.

En el cofre sagrado.

Y mantengo guardado
a través de los tiempos
en el cofre sagrado
imborrables momentos.
El elixir de tus besos,
el néctar de tu piel,
que de a ratos me acuerdo
de volcar en papel.
El sudor de tu cuerpo,
tu sonrisa sin par,
un verbo descubierto
que lo llaman amar.
No me importa el destino
nada, me supo robar,
porque he comprendido
que tan solo se muere
lo que se ha de olvidar. Leonardo67.

Escojo.

Escojo tus perlas
que brotan del alma
frente al acertijo
de un sueño sin alas.
Escojo tu llanto
ante la tibieza,
todo tu quebranto
y no indiferencia.
Escojo el dolor
de tu desencanto,
si me lo permites
prometo sanarlo. Leonardo67.

Tirano es el tiempo.

Tirano es el tiempo,
cruzando caminos
en errados momentos.
Tirano es el tiempo,
un rio sin agua
jamás fluye al mar.
Tirano es el tiempo,
un ave enjaulada
no sabe volar.
Tirano es el tiempo,
molinos sin vientos
nunca girarán.
Tirano es el tiempo,
heridas abiertas
de acuerdo a su antojo
permite sanar.
Tirano es el tiempo
y siempre lo será. Leonardo67.

En el mundo de las letras.

Necesito verte sonreír
sin sentido, sin motivo,
murmurando en tu oído
un sentimiento fluir.
Extraviarme  en tu mirada
por toda la eternidad,
una pluma apasionada
sobre un papel sin final.
Me encuentro a pocas líneas
de estremecer tu corazón
pero a miles de poemas
de convencer a tu razón.
¿ Cómo se acaricia un alma
con las letras más sentidas?.
¿ Cómo auyentas  al temor?.
¿ Cómo sanas una herida?.
La gran duda de un poeta
si es verdad que con poesía
desde el mundo de las letras
se renace hacia la vida. Leonardo67.

Ladrón de sueños.

Ladrón de sueños he de ser

porque tú me has enseñado,

tú primero me has robado

mis anhelos más sagrados.

Y si piensas por error

que ya he abandonado,

en tu cobro y en mi pago

siempre vuelvo a jugar.

Con tus reglas en la mesa

la partida aun no termina,

si se trata de robar

todavía tengo vida,

ven que empieza

un nuevo juego,

veremos quien roba más. Leonardo67.

Hasta en mi último respiro.

Y aunque pierda mil batallas

esta guerra tiene dueño,

jamás abandono un sueño

hasta hacerlo realidad.

No preciso muchas armas

solo lápiz y papel,

no te creas que por cruel

doblegarás mis fuerzas,

pégame por donde quieras,

tengo callos en el alma

y ninguna de tus armas

ya me pueden lastimar,

un corazón convencido

que aunque pueda ser herido ,

siempre se sabe sanar.

Hasta en mi último respiro,

siempre seré y he sido,

un guerrero inmortal. Leonardo67.

No tengas miedo.

Toma coraje,

sal de esa orilla,

cruza esas aguas,

ancla en mi puerto.

No tengas miedo,

con valentía, atrévete.

Tengo la luna

para ofrendarte.

Mil hojas blancas

para trazar.

Verdes praderas

de primavera,

quiero teñirte

el alma a nueva.

Tu corazón

quiero sanar,

cualquier herida

cicatrizar.

El arco iris

se dibujar

con los colores

que nunca nadie

supo mostrar.

Un sol de amor

haré brillar,

no tengas miedo,

te quiero amar. Leonardo67.

Te escribo...

Porque te pienso, te escribo

y te acaricio con letras,

dibujando caminos

como lo hace el poeta.

Porque te extraño, te escribo

con aroma a destino

de designio divino

que anhelo alcanzar.

Porque te ansío, te escribo

con la pluma del alma,

el corazón te lo esgrimo

en blancas hojas de calma.

Porque amo pensarte

mientras trazo mil versos,

me fascina extrañarte

y verter sentimientos.

La locura de ansiarte

que me impulsa a rimar,

te lo juro me siento,

como un ser inmortal. Leonardo67.

En busca de un nuevo cielo.

¿ De qué sirven mil estrofas

en un blanco de papel?.

Si por quien fueron escritas

jamás las ha de leer.

Al poeta no le importa

lo que vaya a suceder,

con la pluma en su impronta

no se puede detener.

Sentimientos hechos letras

en su modo de vivir,

no precisa de respuestas

el por cual de sentir.

Mientras traza algunos versos

el alma remonta vuelo

con sus alas en ascenso

en busca de un nuevo cielo. Leonardo67.

Renacer.

Pisoteando las dudas,
incinerando fracasos,
sin bagajes de culpas
ni más sueños payasos.
Esta noche tan solo
quiero renacer...
Solo tengo mi lápiz
y un trozo de papel.
Descubriendo lo poco
que necesito cargar,
con el viento en la cara
hacia tierras lejanas
me quiero marchar.
Mi pasado lo entierro,
mi futuro lo dejo
en manos del azar.
Solo anhelo este instante
para hacerlo inmortal. Leonardo67.

Aun estoy vivo.

Aun estoy vivo

y anhelo encontrar

el verbo perdido

que un día el destino

me supo robar.

Y sigo soñando…

Un beso prohibido,

una mirada en clamor,

un suspiro que ha partido,

algún poema de amor.

Y sigo buscando…

La rima sagrada,

una puesta de sol,

las mágicas manos

que siempre sostengan

a un corazón.

Y sigo ansiando…

Un alma con alas,

café y madrugadas,

sonrisas inventadas,

charlas prolongadas,

sin ninguna razón.

Y sigo deseando…

A la luz de la luna

un te amo en silencio

que inspire a la pluma

a escribirte mil versos. Leonardo67.

No seas las dos.

Enigma hecho mujer.

¿ Cuál eres en verdad?

Aquella que al padecer,

expresa su realidad

desangrando en dolor,

desnuda su corazón

con admirable valor.

Aquella que al tono

de música lenta,

cerrando sus ojos

en inmensa calma,

descansa en mi hombro

entregando el alma.

O aquella que impone

distancia a una cita,

no entiendo razones,

se aleja e invita

a seguir mi sendero,

por desinterés

o quizás por el miedo.

¿ Cual es verdadera

quisiera saber?.

Escoge cualquiera,

es tu decisión,

tan solo te pido

no seas las dos. Leonardo67.

En los versos de un linyera.

En los versos de un linyera

que comienzan a nacer

toman forma en la espera

de un nuevo amanecer.

Sin pasado, sin presente ni futuro,

vagando con rumbo incierto,

vestido en color impuro.

Ansiando alcanzar el viento,

peregrino sin destino

en busca de no se que,

nada lleva en este viaje

solo lápiz y papel.

Descargado su bagaje

sin trazar ningún camino,

las letras son su equipaje,

la luna su fiel testigo. Leonardo67.

Ni te imaginas...

Ni te imaginas…

Cuanto te pienso,

noches de luna

volcando versos.

Ni te imaginas…

Cuanto te anhelo,

la almohada sabe

de mis desvelos.

Ni te imaginas…

Tus ojos negros

cuanto se ansían,

te los reintegro

hechos poesía.

Ni te imaginas…

Con cuánto empeño

tus labios rojos

quiero besar,

sentirme el dueño

y poderte amar. Leonardo67.

Mírame.

Mírame que solo ansío
unción sacra de tus ojos
como gotas de rocío
humedeciendo los pimpollos.
Inventar nuevos senderos,
transformando los anhelos
en hermosa realidad,
al trazar un nuevo rumbo
mientras gira el loco mundo
otro nuevo nacerá. Leonardo67.

¿ Por qué anhelas amar?.

Y los torpes preguntan

¿ Por qué anhelas amar?.

Y mirando respondo:

Es que nunca acunaron

un instante inmortal.

Que bien vale la pena

desangrarse en dolor,

aunque cuesten cien años

solo un día de amor.

Porque al cabo de un tiempo

el pesar cesará

y ese eterno momento

jamás tiene final.

Es por eso que apuesto

al amor en mi vida,

no me importa lo grave

que resulte la herida. Leonardo67.

Te acaricio en las letras.

Te acaricio en las letras

mientras develo el enigma,

indagando las huellas

de un hermoso estigma.

Voy volcando las líneas

y buscando respuestas,

con la pluma sanguínea

en la rima inconversa .

En papel que lastima

con mi alma desnuda,

me deshinco la espina

de la más bella duda. Leonardo67.

Vil arcano.

Que difícil se me hace

cuál sendero he de seguir,

no por falta de coraje,

sí por dudas de un sentir.

Necesito con urgencia

develar este acertijo,

inundando la cadencia

de lo incierto que cobijo.

Deshilvano a cada instante

las costuras de mi alma,

sin hallar el resultante

que dé el fruto de la calma.

Tamizo una mirada

sin poder lograr razón,

de manera resignada

sin certeza al corazón.

Y decanto una sonrisa

que acrecienta un vil arcano,

en la angustia de la prisa

del poder desentrañarlo. Leonardo67.

En lo sublime de soñarte.

En lo sublime de soñarte...

Va fluyendo mi sentir,

y me atrevo a imaginarte

como anhelo por vivir.

Como exhausto peregrino

que descubre su camino.

Como las aguas de un río

cuando llegan a la mar.

Como rosas del rosal

empapadas de rocío.

Como ave en libre vuelo

que abandona al fin el suelo.

Como velero que recala,

victorioso en algún puerto

sin hacer ninguna escala,

derrotando el desconcierto

del más cruento de los vientos. Leonardo67.

Cuando me eches de menos.

Cuando me eches de menos

instantes eternos

que juntos vivimos

podrás recordar.

Los miles de versos

que un loco poeta

trazando las letras,

bajo tu almohada

solía ocultar,

si te invade la pena

podrás contemplar.

Cuando me eches de menos

como tú anheles

me recordarás,

pero estas estrofas

vertidas antaño,

jamás a tus manos

habrán de llegar,

inimaginado,

delirio impensado

que bajo tu almohada

tendrían que estar. Leonardo67.

Un café y una poesía.

Un café y una poesía

en el bar de alguna esquina

de esta indomable ciudad.

Bella luna que desfila

por la noche en majestad,

con vehemencia me incentiva

a trazar alguna rima,

que un alma dubitativa

aun escoge encadenar.

Una pluma en frenesí

embriagada en mil letras,

no esta libre en su fluir

en el juicio del poeta. Leonardo67.

Tras las sombras de penumbras.

Tras las sombras de penumbras
reciclando pensamientos,
una luna que vislumbra
un sin fin de sentimientos.
Destilando los pesares
de las noches de desvelo,
obteniendo el elixir
que de impulso a los anhelos.
Decantando los tormentos
de un destino traicionero,
tamizando sueños rotos
doy comienzo a mi renuevo.
He pasado mucho tiempo
embriagado en el dolor,
ya es hora de que beba
de la copa del amor. Leonardo67.

Hoy no quiero.

Hoy no quiero un papel

para que seas poesía,

solo anhelo tu piel

que se fusione a la mía.

Hoy no quiero la pluma

para escribirte mis versos,

sola ansío la luna

iluminando mil besos.

Hoy no quiero palabras

solo busco en silencio,

perderme en tu mirada

por las arenas del tiempo.

Hoy no quiero más peros

solo deseo la calma,

que se abran los cielos

y se fundan las almas. Leonardo67.  

Con la trémula pluma.

Con la trémula pluma
y un mundo de papel,
algún poeta acuna
el dolor de un querer.
Con nostalgia recuerda
el arco iris de ayer,
combatiendo la pena
para no perecer.
La tristeza lo embriaga
con sabor a cruel hiel,
una lluvia en sus ojos
no logra detener.
Una nueva batalla
que comandan sus letras,
intentando sanar
las heridas abiertas. Leonardo67.

En el cielo redentor.

Con el alma y el corazón,
con el papel y la pluma,
en el cielo redentor
donde disipo mi bruma.
Vuelco versos a granel
para no enfrentar el llanto,
presuroso en mi corcel
escapando del quebranto.
Recia luna en la batalla,
fiel, feroz y compañera,
cuando la pena amuralla
iluminas la cruel guerra. Leonardo67.

Poeta inconverso.

Poeta inconverso
desnudando el alma,
buscando los versos
que aviven la llama.
Un lápiz ansioso,
un trozo de papel,
las letras en gozo
inundan su ser.
No hay rima prohibida
en su libre sentir,
sería herejía
no dejar fluir.
Que llueva poesía
en el blanco tapiz,
su rosa ansía
el rocío sin fin. Leonardo67.

Delirio en las letras

Si soy como el viento
soy libre poesía
que con sentimiento
silbando disperso
con todo mi aliento
millares de versos
por todo lugar.
Si soy como el árbol
nostalgia en prosa
he de resultar,
teniendo enterrado
todo mi pasado
y un tronco ahuecado
por alguna herida
sin cicatrizar.
Si soy como el mar
en poema de amor
me he de transformar,
viajando muy lejos
llegando a la orilla
y tan solo la arena
poder abrazar.
Ni viento, ni árbol,
mucho menos mar,
un loco poeta
delira en las letras
soñándote amar. Leonardo67.

Me han dicho que ella.

Me han dicho que ella
desde su ventana
contempla una estrella
por la madrugada,
cerrando sus ojos
retiene su llanto
y un inmenso despojo
la inunda en quebranto.
Me han dicho que ella
cuando nadie observa,
su destino querella
en tormento que acerba.
Me ha dicho una estrella
que llore su pena,
cuando el frío muera,
será primavera. Leonardo67.

A pesar de todo.

A pesar de todo
aun sigo vivo,
aunque cubra el lodo
mis cinco sentidos.
A pesar de todo
escojo amigos
y cada camino
que voy a trazar.
A pesar de todo
aun tengo sueños
que lucho por verlos
hechos realidad.
A pesar de todos
los golpes arteros,
enfrento la vida
como fiel guerrero,
sanando heridas
con la convicción,
que no soy otra cosa
más que vencedor. Leonardo67.

Tu nombre en mi corazón.

Abstraernos de palabras
y mirarnos a los ojos,
desnudarnos hasta el alma,
despojarnos de cerrojos.
En los gritos del silencio
sonreír  una vez más,
sellar todo con un beso
que embriague en inmensidad,
que este instante tenga aroma
con esencia a eternidad.
Avivemos esta hoguera
con mil brasas de pasión,
dejame tatuar a fuego
tu nombre en mi corazón. Leonardo67.

Donde beben los poetas.

Taciturna madrugada,
donde beben los poetas
en la fuente más sagrada
por donde fluyen las letras,
voy buscando alguna rima
que exprese mi sentir,
con el corazón que esgrima
libremente su fluir.
Es que el alma se renueva
junto a un lápiz y el papel,
no hay herida que se atreva
a ser más que un oropel. Leonardo 67.

Como el viento.

Viajaré como el viento
hacia tierras lejanas,
por senderos inciertos
al despuntar la mañana.
Con los rayos del alba
buscaré mi destino,
está anhelando mi alma
ir por nuevos caminos.
Solo llevo mi pluma,
hojas de blanco papel,
de compañía la luna
y las letras de furriel. Leonardo67.

Loco mundo.

Un mate un poco amargo
un cigarrillo y su humo,
entregado en mi letargo
veo enloquecer el mundo.
Una moto pasa a mil,
un colectivo impaciente,
se amontonan al subir
como ganado la gente.
Seres que solo corren
con su microchip cargado,
las agujas del reloj
en su día diagramado,
van digitando su tiempo
con sus hilos invisibles
marcando los movimientos.
con sus sueños en desvelo
reflejados en sus ojos,
nada hacen por anhelo
y se rinden al despojo.
Marionetas sin sentido,
muñecos sin voluntad
a sus cadenas unidos
en su falsa libertad. Leonardo67.

Tú y yo.

Somos versos perdidos
de algún poema de amor,
el eco de mil gemidos,
un triste ocaso de sol.
Somos las letras en llanto,
pluma de sangre y dolor,
las líneas del desencanto,
un volcán en erupción.
Papel hecho pañuelo,
una luna que no asoma,
pájaro herido en el suelo,
un perfume sin aroma.
Un cielo sin querubín,
color negro de alfa a omega,
el más mudo serafín,
la esperanza más que ciega. Leonardo67.