
La tormenta ya ha pasado
he vencido el huracán
pero casi yo naufrago
con mi barco en alta mar.
He regresado a mi puerto,
ese sitio solitario
que siempre me tiende su mano
y me sabe cobijar,
es allí donde me refugio
para recuperar mis fuerzas,
deshacerme de mis penas
y volver a proyectar,
en la bitácora de viaje
que en el tiempo necesario
me devuelva hacia la mar.
Izaré al fin las velas
de mi barco aventurero
y como un loco bucanero
volveré a navegar,
por donde guíen los vientos
me dejaré llevar.
Sabiendo que tarde o temprano
mi tesoro tan preciado
algún día he de alcanzar
y cuando desembarque
en esa isla solitaria
la sabré yo bautizar
y llevará por nombre
eterna felicidad. Leonardo67.
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