
Y cerró sus ojos
para no volver
la vista atrás,
para tratar de olvidar
ese pasado maldito.
Y sus sueños mal marchitos
se convirtieron en fantasmas
que atormentaban su alma
sin poder hallar la paz.
Y se quedó solamente
en el jardín de su vida,
con la herida mal hiriente
sin la rosa y con la espina
que jamás pudo extirpar.
Y vagó sin rumbo fijo
con su mente divagando
y su corazón sangrando
por los anhelos no alcanzados
arrebatado de sus manos
de un cruel destino heredado,
y jamás le han explicado
el por cuál ha descendido
desde el cielo más hermoso
al infierno más temido. Leonardo67.
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