lunes, 5 de julio de 2010

A usted.


A usted que me hurta
el pan de la mesa
de mis hijos amados.
A usted que sin culpa
esgrime en su cabeza
el gorro sagrado
de representar la ley.
A usted que profesa
hacer lo debido
y se siente orgulloso
del deber cumplido.
Le imploro que piense
que tan acertado
es su proceder.
Si es justo al pobre
robarle los sueños
del pan añorado
de cada mañana
poder proveer.
Enjaular los anhelos
de aquel peregrino
que con cada amanecer
trazando caminos,
sueña con crecer
y a los suyos brindarle
un futuro mejor.
Traté de explicarle
que no era asesino,
tampoco ladrón,
tan solo un padre
que cada mañana
cumple su labor
de andar los senderos
que Dios va guiando
en su caminar,
tan solo para alcanzar
el objetivo supremo
de llevar a la mesa
el preciado maná. Leonardo67.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Entrada destacada

Con tristeza de payaso.

Con tristeza de payaso he vagado por la vida, ocultando las heridas en sonrisas mal fingidas. Esta noche en las letras yo te cito, a ...